
Por Loreto Toro, Psicóloga Infantil – Representante Oficial Jolly Heap® Chile
Desde el nacimiento, el juego es la manera más profunda y auténtica que tienen los niños para conocer el mundo, expresar emociones y construir su identidad. Lejos de ser solo una distracción, el juego es una experiencia neuropsicológica compleja que integra movimiento, emoción, pensamiento y relación.
Como afirmaba Jean Piaget, el juego es la manifestación visible de cómo el niño asimila la realidad y adapta sus esquemas mentales. A su vez, Donald Winnicott lo describe como un “espacio transicional”, donde el niño puede experimentar, crear y sentirse seguro entre la realidad interna y la externa.
Etapas del Juego
- 0 a 2 años – Juego sensoriomotor
El bebé piensa con el cuerpo. Explora mediante el tacto, la vista y el movimiento. Sujeta, aprieta, lanza o golpea objetos, desarrollando coordinación ojo-mano y noción de causa-efecto. El juego sensoriomotor favorece la regulación emocional, ya que los estímulos rítmicos y repetitivos calman el sistema nervioso. Los bloques blandos y magnéticos de Jolly Heap ofrecen seguridad táctil, colores, contrastantes y sonidos predecibles, ideales para esta etapa.
- 2 a 4 años – Juego simbólico o de representación
El niño transforma la realidad: un bloque puede ser un auto, una cama o un teléfono. Aparecen la imaginación, la empatía y la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Desde la psicología, esta etapa es clave para el desarrollo del pensamiento simbólico y del lenguaje. Los materiales versátiles como los bloques Jolly Heap permiten crear escenarios seguros y reparadores, fundamentales para procesar emociones o experiencias difíciles.
- 4 a 7 años – Juego constructivo y de reglas simples
Surge el deseo de planificar, construir y lograr metas concretas. El niño experimenta con equilibrio, tamaño y forma, desarrollando pensamiento lógico y funciones ejecutivas. Aquí el juego se vuelve cooperativo: aprenden a esperar turnos, compartir recursos, la negociación y la resolución de conflictos simples. Esta etapa es clave para modelar la personalidad y fortalecer la autoestima. Cada torre o figura construida simboliza su capacidad de lograr algo por sí mismo Cada construcción es una metáfora de autoeficacia. Los bloques Jolly Heap estimulan la coordinación motora, la colaboración y el pensamiento creativo, promoviendo un aprendizaje activo y significativo.
- 7 a 10 años – Juego de reglas complejas y cooperación
El grupo cobra protagonismo. Los niños buscan pertenecer, competir y cooperar. Se introducen reglas más elaboradas, se trabaja la justicia y la empatía. Según Lev Vygotsky, esta interacción social es esencial: el niño internaliza el pensamiento del grupo y desarrolla autorregulación. El trabajo en equipo con materiales constructivos permite canalizar energía, aprender resolución de conflictos y practicar habilidades socioemocionales.
- 10 a 12 años – Juego creativo y reflexivo
En la preadolescencia, el juego adopta un sentido más interno: crear, diseñar, inventar. El niño se cuestiona, busca autonomía y consolida su identidad. Los proyectos colaborativos y creativos, como construir estructuras grandes o retos de ingeniería, estimulan la autonomía, la autoestima y la cooperación. El juego aquí ya no solo es acción, sino también reflexión: imaginar, proyectar y crear son ejercicios de pensamiento crítico que preparan para la vida adulta.
El valor terapéutico del juego
El juego es también una vía de expresión emocional y regulación. En contextos clínicos, permite trabajar trauma, ansiedad, impulsividad o dificultades sociales de forma simbólica y segura. Los bloques magnéticos Jolly Heap facilitan este proceso al ofrecer experiencias sensoriales coherentes, previsibles y libres de riesgo, ideales para intervenciones con niños, niñas y adolescentes y con gran efectividad para TEA, TDAH o trastornos del desarrollo.
Conclusión
Cada etapa del juego representa una oportunidad única de desarrollo. El juego impulsa el crecimiento motor, cognitivo, social y emocional, y potencia la autonomía y la creatividad. Acompañar este proceso con materiales adecuados como Jolly Heap significa apostar por un aprendizaje activo, lúdico y terapéutico, donde cuerpo, mente y emoción se integran en una experiencia que educa, fortalece y sana.
Referencias
• Piaget, J. (1962). Play, Dreams and Imitation in Childhood. New York: Norton.
• Vygotsky, L. S. (1978). Mind in Society: The Development of Higher Psychological Processes. Harvard University Press.
• Winnicott, D. W. (1971). Playing and Reality. London: Tavistock Publications.
• Ayres, A. J. (1972). Sensory Integration and Learning Disorders. Los Angeles: Western Psychological Services.
• Erikson, E. H. (1963). Childhood and Society. New York: Norton.
• Ginsburg, K. R. (2007). “The Importance of Play in Promoting Healthy Child Development and Maintaining Strong Parent-Child Bonds.” Pediatrics, 119(1), 182-191.
